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| Queen Live At Wembley '86 |
Algunos valen cada centavo ya sea por el arte de tapa, las canciones o el material extra de una reedición. Minuto.com te acerca cinco ejemplos para hacer valer tu dinero.
Hay algunas compras que, por más triviales que parezcan, son en realidad inversiones a futuro. Así pasa con la música, y por eso hay discos que se convierten en una banda de sonido personal, al margen del éxito comercial que hayan alcanzado.
A veces pasa que de un mismo país sale una generación de artistas que marca la diferencia. Ese fue el caso de Gran Bretaña, y por eso Minuto.com te sugiere algunos ejemplos para tener en cuenta a la hora de decidirse a romper el chanchito en la disquería.
1. The White Album de Los Beatles: Lanzado en noviembre de 1968, es un disco espiritual por la influencia que recibían los cuatro de Liverpool de la filosofía hindú, y también lleno de turbulencias por la fama recién hallada y el mundo convulsionado, en el que la tapa blanca sirve como un oasis inesperado. Sin querer, esa simpleza le dio título a la “placa sin nombre”.
2. The dark side of the moon de Pink Floyd: es una suerte de estudio sobre los conflictos entre los humanos, donde además, la banda dejó de lado los solos eternos y cambió su estilo. La tapa se convirtió en un ícono a través del tiempo, con la ilustración de un prisma que descompone un haz de luz blanca en los siete colores primarios, sobre un fondo negro.
3. Live at Wembley '86 de Queen: el disco de Queen que explotó en vivo. Fue grabado en el estadio Wembley de Londres el 12 de julio de 1986, ante una multitud que no parecía intimidar para nada al cantante Freddie Mercury. La seguidilla de temas ejecutados con el histrionismo y la energía del vocalista es tan impresionante que en este caso tanto el DVD como el CD valen la compra.
4. Exile on the Main Street de los Rolling Stones: Su versión original, blusera y oscura, vio la luz en 1972, pero en 2010 volvió a la calle con diez temas más (viejos, pero nuevos), y hasta hubo un pack para fanáticos que traía una remera y una púa de guitarra. Uno de esos casos donde el tiempo y el marketing rescataron un gran disco.
5. Outlandos D'Amour de The Police: El genial trío comandado por Sting tuvo una corta carrera, pero a la vez muy prolífica, y esta es una de sus placas más relucientes, con la presencia de una dama muy especial: Roxanne. Un sonido cuidado, pulido, impecable. Y atemporal.
Los discos más importantes son aquellos que sobreviven frescos a través del tiempo. Esos que quizás no tuvieron un éxito masivo cuando fueron lanzados, pero que tuvieron la misma suerte que un buen vino: con el paso de los años tienen más sabor y mejor gusto.
La yapa: todo conteo tiene grandes ausentes, pero algunos merecen ser nombrados. Ese es el caso del disco debut de Black Sabbath, editado en 1970. En sólo dos días, el cantante Ozzy Osbourne logró controlar sus ya notorias borracheras y grabó de un tirón lo que sería una de las placas fundacionales del heavy metal británico junto al guitarrista Tony Iommi, el bajista Geezer Butler y el baterista Bill Ward.
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